A continuación les mostramos algunos recursos útiles, utilizados por educadores y profesionales con el fin de poder recolectar actividades fantásticas para llevar a cabo y también consejos para enseñar gratitud a los niños.
- Escribir cartas de agradecimiento
Si eres profesor/a no dudes en practicar algún día en el aula la forma de redactar cartas de agradecimiento: para mamá, para papá, para los abuelos, etc. Este mismo sentido, también es recomendable fomentar el que los niños expresen su agradecimiento cuando les sirvan en una mesa, les pongan un helado, les cuenten cosas interesantes en una excursión, sus abuelos les hagan un regalo, etc.
Este tipo de acciones no solo inspirarán gratitud en los niños, sino que también les darán una gran habilidad para toda la vida que les servirá durante años y años en sus propias experiencias. Este tipo de acciones refuerzan la práctica y ayudan a expresar la gratitud como una segunda naturaleza.
- Reunión de cosas bonitas y positivas
Esta práctica sumamente simple es una excelente manera de hacer que los niños tengan el hábito de reflexionar sobre las cosas positivas de su vida. A la hora de la cena o antes de acostarse, cada miembro de la familia debe tomar un turno y enumerar las tres cosas que hayan sucedido ese día y que más le hayan marcado.
Esto pueden ser actividades que se han realizado o situaciones que han hecho aflorar el sentimiento del agradecimiento. Nombrar las cosas positivas que le suceden a uno seguramente ayudará a los niños a adquirir una sensación de gratitud arraigada para siempre.
La gratitud también ayuda a aliviar la ansiedad, por lo que aprender a concentrarse en las cosas por las que uno está agradecido, en lugar de centrarse en pensamientos ansiosos y negativos, es realmente una habilidad muy útil para una vida feliz y sana.
- Palabras de amor y de gratitud
Esta pequeña actividad es muy práctica y divertida y se basa también en la importancia del agradecimiento. Pide a los niños que escojan a una persona con la que se sientan agradecidos (un amigo, un tío o una tía) y luego haz que escriban cinco palabras descriptivas sobre por qué se sienten tan agradecidos con esa persona.
Luego deja que los niños tracen sus manos en un folio y la recorten. Las cinco palabras anteriores deberán escribirlas también en cada dedo de la mano dibujada, y luego pueden unirse todas para decorar la casa o la clase y llenar los espacios de palabras bonitas y de felicidad.
- Animar a los niños a que actúen cuando quieran algo
Una excelente manera de enseñar gratitud es hacer que los niños participen cuando quieran comprar algo o recibir cierto tipo de privilegio. No solo sentirán más autonomía y responsabilidad en aquello que estén comprando o ganando, sino que también aprenderán a apreciar las cosas que ya tienen al mismo tiempo.
En lugar de “ahogar” a los niños en un mar de cosas, enséñales la valiosa lección de ganarlas con esfuerzo y moderación y valorar con ánimo los verdaderos tesoros de la vida, como la amistad o el compartir el tiempo con los nuestros.
- Crear un árbol del mil colores
Usando una cartulina de color marrón, recorta y forma un tronco con ramas. Recorta después también hojas de papel de colores y permite que los niños escriban lo que quieran agradecer en cada hoja.
Crea después un árbol florido y lleno de colores y ponlo en un lugar prominente de tu salón de clases, o en tu propia casa si tienes ocasión, como un recordatorio de todo lo bueno que tu familia o tus alumnos tienen y saben agradecer.
- Involucrarse con la comunidad
Ya sea ofrecerse como voluntario en un refugio de comida, en una residencia de ancianos o ayudar a limpiar los parques o las playas, involucrar a los niños en la comunidad en la que viven puede enseñar valiosas lecciones sobre la gratitud. Y es que de esta forma no solo se conectarán con aquellos con los que viven, sino que también podrán ver el impacto directo y la gratitud que nuestro esfuerzo puede hacer crecer en los demás.
Y tú, ¿cómo enseñas la gratitud?
La gratitud es una habilidad que nos sirve tanto a los adultos como a los niños para aprender a hacer las cosas mejor y para vivir en una mayor armonía con los que nos rodean.
Actuar como un modelo a seguir y mostrar tu agradecimiento es una de las cosas más útiles que puedes hacer (ya seas padre, maestro, hermano, amigo…) para enseñar a los niños la importancia de la gratitud.
La etapa de la primera infancia es la más importante para conseguirlo y para inculcar esos rasgos esenciales y esos hábitos y prácticas básicas que se ocupan de que podamos expresarnos con gratitud. Hábitos y prácticas que deben formar parte de la educación que se da en la primera infancia para que pueda seguir marcando el resto de nuestras vidas.
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