Las redes sociales muestran la
innovación de la tecnología puesta en relación con la comunicación. Las redes
sociales como medio tienen un fin muy positivo siempre que se mantiene la
conexión con el objetivo. El efecto imitación está muy presente en las redes
sociales al observar galerías de imágenes familiares con diferentes
protagonistas pero con una esencia similar.
Aquella que hace de algo
cotidiano algo extraordinario medido en términos de «likes» y de «viralidad».
Muchas de estas imágenes son realmente bonitas. Sin embargo, algo ha cambiado
en la era de las redes sociales cuando imágenes que anteriormente quedaban en
el álbum privado del hogar, ahora se exponen de forma pública ante el
escaparate online. Al publicar fotos de los niños en redes sociales es muy
importante leer con detenimiento la información de cada red social. ¿Cuáles son
las razones por las que es mejor no compartir fotografías de los niños en este
marco?
1. A través del presente
influyes en el futuro
Las redes sociales muestran el
lenguaje de la inmediatez de nuevas publicaciones que, a su vez, reciben
también una interacción inmediata. Sin embargo, los tiempos de la vida son
distintos. En el plano de la vida, es recomendable observar la referencia del
largo plazo. Los niños no serán niños eternamente.
Por ello, la publicación de estas
fotografías debe contextualizarse no solo en el marco de los posibles riesgos
derivados de esta acción en las redes sociales, sino que también debe ponerse
en relación con la propia vida. La visión de una imagen compartida puede ser
diferente a posteriori.
En el universo online, las
acciones tienen una memoria puesto que la huella digital de las fotografías
publicadas permanece presente a lo largo del tiempo.
2. Privacidad
En la nueva profesión de
influencer, los niños parecen formar parte del trabajo de quienes exponen con
mucha frecuencia instantes de una vida familiar que parece convertirse en un
valor de marca. ¿En qué otro puesto de empleo ocurre lo mismo? ¿En qué puesto
de empleo no existe una diferenciación entre la vida personal y el ámbito
profesional?
Muchas de estas imágenes
describen escenas de la rutina cotidiana. Escenas que por familiares que puedan
resultar en esencia no dejan de ser íntimas a partir del valor de la
privacidad. Existe una diferencia entre guardar ese instante en la intimidad
del hogar o hacerlo público ante una audiencia numerosa.
La protección de la privacidad de
los niños en las redes sociales es también una defensa del derecho a su anonimato.
Un anonimato incompatible con el protagonismo frecuente en redes sociales como
Instagram. Un protagonismo que no solo está acompañado por el lenguaje visual
de las fotografías, sino también por la información en texto. Los niños tienen
derecho al anonimato.
3. Educación
Educar a través del ejemplo es
uno de los criterios básicos que los adultos pueden seguir para inspirar a sus
hijos. La formación en torno al uso seguro de las nuevas tecnologías no está
exenta de contradicciones cuando padres y madres desean acompañar a sus hijos
en el refuerzo de este mensaje, pero a su vez, muestran con tanta naturalidad
fotografías familiares ante una audiencia numerosa.
4. Tu hijo es protagonista de su vida
La biografía de cada ser humano
muestra el protagonismo de quien toma sus propias decisiones. En el contexto
actual, el ser humano no solo deja su propia huella en el universo presencial
por medio de sus palabras, comportamientos y acciones, sino que esta marca
personal también es visible a nivel online.
La libertad es un don del ser
humano y el adulto tiene el derecho de decidir en qué momento quiere comenzar a
afianzar su marca personal (si desea hacerlo). Es decir, la decisión de
publicar fotografías en las redes sociales es personal y cada ser humano tiene
derecho a decidir sobre una cuestión que tiene que ver con su vida y con su propia
imagen.
5. Vanidad
Compartir fotografías de los
niños en las redes sociales no es un hecho imprescindible. ¿Qué aporta
realmente esta información? La respuesta en torno a esta pregunta puede
conectar con el propio ego aunque muchas veces este hecho no sea reconocido
como tal. El narcisismo es visible en las redes sociales cuando el contenido
constante gira en torno al «yo».
Todos los niños son especiales.
Lo especial de cada ser humano no se mide por el número de comentarios
positivos, sino por su propia esencia.
La tecnología forma parte de
nuestra vida de una manera tan constante y recurrente que conviene acompañar el
uso de esta herramienta de la reflexión de quien se plantea no solo si desea
compartir o no fotografías de sus hijos en redes sociales, sino también, por
qué desea hacerlo y en qué modo puede hacer que este gesto sea seguro. Es
decir, intenta observar aquello que parece esconderse en una imagen familiar
para leer más allá de lo evidente de una foto que adquiere una nueva dimensión
en este contexto online.
Comentarios
Publicar un comentario